Nuestra historia
Para descubrir la historia del Calzavecchio Boutique Hotel de 4 estrellas en Bolonia, debemos hacer un viaje en el tiempo, hasta la época en que nació la primera taberna en Casalecchio di Reno, llamada Osteria dei Calza, del nombre de la familia que dirigía la granja.
Hace unos 400 años, el actual Restaurante Calzavecchio era una posada con servicio de estabulación, que ofrecía refrigerio a quienes viajaban entre las montañas y Bolonia. La taberna, conocida como Calza Vecchio (Calcetín Viejo), permaneció inalterable durante siglos, hasta que la familia de los Marqueses Sampieri, propietarios del terreno, decidió construir una nueva posada llamada Calza Nuovo (Calcetín Nuevo), dada la buena afluencia de clientes.
De ahí el nombre Restaurante Calzavecchio, que también originó el nombre de la calle.
La posada pronto se hizo famosa por su cocina y bodega.
Hace unos 400 años, el actual Restaurante Calzavecchio era una posada con servicio de estabulación, que ofrecía refrigerio a quienes viajaban entre las montañas y Bolonia. La taberna, conocida como Calza Vecchio (Calcetín Viejo), permaneció inalterable durante siglos, hasta que la familia de los Marqueses Sampieri, propietarios del terreno, decidió construir una nueva posada llamada Calza Nuovo (Calcetín Nuevo), dada la buena afluencia de clientes.
De ahí el nombre Restaurante Calzavecchio, que también originó el nombre de la calle.
La posada pronto se hizo famosa por su cocina y bodega.
En particular, las Tagliatelle al Pasticcio fueron muy famosos y atrajeron a los boloñeses que bajaban todos los domingos por el camino Brigual (sendero histórico que conecta Casalecchio con el santuario de la Madonna di San Luca), así como a estudiantes de toda Europa que frecuentaban la Universidad de Bolonia, conocida como "Mater Studiorum".
Un episodio particular, y a la vez prestigioso, se remonta al 12 de junio de 1888, cuando la posada acogió a más de 800 estudiantes de las universidades europeas más antiguas con motivo del octavo centenario de la Universidad de Bolonia.
Después de la última guerra, el Calzavecchio fue reconstruido y se mantuvo intacto hasta la última renovación, encargada por la familia Trombetti, que supo preservar el alma antigua y la historia de este edificio, a la vez añadiendo elementos modernos y confortables.
Un episodio particular, y a la vez prestigioso, se remonta al 12 de junio de 1888, cuando la posada acogió a más de 800 estudiantes de las universidades europeas más antiguas con motivo del octavo centenario de la Universidad de Bolonia.
Después de la última guerra, el Calzavecchio fue reconstruido y se mantuvo intacto hasta la última renovación, encargada por la familia Trombetti, que supo preservar el alma antigua y la historia de este edificio, a la vez añadiendo elementos modernos y confortables.